Durante siglos, ha sido el perro del pueblo lapón del cual ha tomado incluso, el nombre. Por su extrema versatilidad, era utilizado para realizar diversas tareas como la guardia y el cuidado de las manadas, la caza y, más raramente, para tirar del trineo con cargas livianas: por lo tanto un excelente auxiliar de aquél pueblo ártico en vía de extinción. Los orígenes de esta raza, son ciertamente comunes a los de los otros grandes Spitz que después, adaptándose y ambientándose en las diversas regiones polares, han dado lugar a las comúnmente definidas como "razas nórdicas". El Lapphund está hoy muy difundido en las regiones septentrionales de Suecia donde sólo es utilizado para la guarda, mientras que es poco conocido en su país de origen.